Defensores del pueblo

Monday, July 13, 2009

Libertad de enseñanza

El día 12/11/1990 la Conferencia Episcopal del Uruguay publicó una declaración sobre la libertad de enseñanza, uno de los aspectos principales de la libertad. Es indiscutible que en un Estado de derecho debe regir el principio de la libre elección de las instituciones de enseñanza por parte de los propios educandos o, si éstos son menores de edad, por parte de sus padres. Sin embargo, este derecho humano básico, afirmado en el Artículo 68 de la Constitución Nacional, no tiene en nuestro país una completa vigencia.

Muchas familias de escasos recursos desearían brindar a sus hijos una educación católica, pero les resulta prácticamente imposible afrontar los costos de la educación privada, por lo cual deben conformarse con la enseñanza pública, supuestamente “gratuita” y “laica”. Algo similar les ocurre a familias de otras religiones. La “gratuidad” de la enseñanza pública es en realidad un subsidio total del Estado a su propio sistema de enseñanza. Este subsidio se financia mediante el pago de impuestos de todos los contribuyentes. Al pagar el Impuesto al Valor Agregado por la compra de un artículo cualquiera, el ciudadano católico, como el resto de los ciudadanos, contribuye a financiar la enseñanza pública. Pero si quiere dar a sus hijos una educación católica, él debe pagar además la cuota mensual del colegio o liceo privado, cuyo único aporte estatal es la exoneración de impuestos nacionales y municipales dispuesta por el Artículo 69 de la Constitución. De modo que, a diferencia de un ciudadano no creyente partidario de la educación estatal laica, este ciudadano católico debe pagar dos veces: una vez, forzado por la ley, para pagar un sistema de enseñanza con el que está en desacuerdo y que no utilizará; y otra vez para pagar el tipo de enseñanza de su preferencia. Esta discriminación representa una grave injusticia y hace que, para la mayor parte del pueblo uruguayo, la libertad de enseñanza sea tan sólo un principio teórico sin vigencia real.

En la referida declaración, los Obispos del Uruguay llaman la atención sobre esta injusticia y, citando un discurso que el Papa Juan Pablo II pronunció en Montevideo, proponen que “las subvenciones estatales sean distribuidas de tal manera que los padres… sean verdaderamente libres en el ejercicio de elegir la educación de sus hijos, sin tener que soportar cargas inaceptables”. Finalmente los Obispos proclaman “su firme decisión para dar los pasos necesarios para que todos los padres alcancen la efectiva posesión del derecho constitucional a la libertad de elegir la enseñanza que prefieran para sus hijos”.

Tenemos la esperanza de que esa “firme decisión”, con la ayuda de Dios, se transforme pronto en iniciativas concretas que sirvan como punto de apoyo para una nueva evangelización de nuestro descristianizado Uruguay.


 

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